martes, 25 de noviembre de 2008

Comunicación, poder y contrapoder. Lectura de Castells

Tras la lectura de Castells,

Estamos de acuerdo: “Las relaciones de poder se determinan y deciden cada vez más en el campo de la comunicación”. También es un hecho evidente que está surgiendo nuevas formas de comunicación, entre ellas la que el autor denomina “autocomunicación de masas”. Desde ellas muchas personas buscan desafiar y resistirse al poder establecido, en cierto modo crear un contrapoder.

El Estado, principal centro de poder, lógicamente se resiste, como se resisten los MCM a perder su clara influencia sobre los ciudadanos. Unos y otros buscan lo que es esencial para continuar encaramados en lo más alto: la capacidad de influir en la opinión de las personas. Para nosotras esa es la clave.

Damos por supuesto que cada grupo político tiene una ideología y forma de hacer política. Esa ideología mueve voluntades a la hora del voto. Pero la ideología no lo es todo porque la mayoría de los ciudadanos no leen los programas de los candidatos. Aún muchos ciudadanos votan al candidato no tanto por lo que dice sino por su forma de expresarse, por su apariencia personal, por cómo nos le presentan los medios de comunicación, por la opinión que nos han creado sobre él, no por la opinión que emane de nosotros mismos.

¿Cómo se logra tener opinión propia en un mundo tan mediatizado por los MCM y por los propios aparatos de los partidos?

Pensamos que hay diversos caminos. Uno desde la educación. Pero para esos necesitamos educadores libres de toda sospecha, educadores que enseñen a pensar; que sean capaces de trasmitir a los alumnos que cualquier opinión puede ser discutida y rebatida, incluida la del mismo profesor. Educadores que presenten opciones distintas para ser debatidas, argumentadas y analizadas. De ahí que los diversos grupos políticos deseen con tanta fuerza entrar en la Escuela desde las diversas leyes educativas. A los políticos no les interesa el educador que hace pensar, les es más cómodo el profesor que trasmite los conocimientos que marca la ley. No hará falta que marquemos las diferencias entre un educador y un profesor. Y no menospreciamos a nadie. Cada uno cumple su misión.

Otro itinerario para el logro de la consecución de esa opinión propia es el acercamiento a las nuevas tecnologías informativas: Internet, Web 2.0…Contemplar ese enorme abanico de posibilidades informativas que quiere escapar del control partidista de los diferentes medios de comunicación y de quienes están detrás de ellos. A partir de aquí volveríamos a preguntarnos si es posible la constitución de un contrapoder. Sí, es posible pero pensamos que aún queda mucho camino por recorrer. En un principio lo que se puede crear sería un sin fin de contrapoderes. Cada uno de esos minicontrapoderes ya está influyendo. La cuestión sería, ¿sobre cuántos? ¿Alcanza su influencia lo suficiente como para derribar un gobierno? ¿Hoy por hoy son más fuertes que los aparatos de los Partidos? La red se extiende con celeridad. ¿Llega a todos? No seamos ingenuos. Aunque las nuevas tecnologías están al alcance de muchas personas aún estamos lejos del objetivo final. ¿Acaso estas nuevas tecnologías informativas han podido crear un nuevo partido en USA? Pueden haber empujado más a los demócratas que a los republicanos, pero ahí termina su influencia aunque sea importante. Cuando en los diferentes Estados, donde los partidos tradicionales tienen un fuerte arraigo, surja un nuevo grupo de la mano de la WEB 2.0, por ejemplo, con posibilidades reales de poder o de acercarse a ese poder, aplaudiremos la constitución de un contrapoder.




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