viernes, 21 de noviembre de 2008

Contra la manipulación. Papel del periodismo electrónico


¿Cuáles son los principios del periodismo que debe respetar el nuevo periodismo digital?

Una vez hecha la lectura que nos da pie para este nuevo comentario, y mientras la hacía, un sin fin de “sí”, “pero” acuden a nuestras mentes y siempre alrededor de lo mismo: manipulación.
Sí a los códigos deontológicos; sí a los compromisos éticos; sí a la voluntad de obtener la descripción más fiel posible de la verdad; sí a evitar las tentaciones intervencionistas de los poderes públicos, económicos y corporativos; sí a la libertad de expresión; sí al respeto a las iniciativas comunicativas; al respeto a la inteligencia, a las emociones, sentimientos y opciones religiosas de los receptores; sí a la obtención del máximo provecho cultural e informativo…

Pero, ¿cómo logramos todo esto? En anteriores trabajos hicimos referencia a la formación e información. Y nos preguntábamos qué debería ir primero. ¿O tal vez sean simultáneas?


Los códigos deontológicos están muy bien cuando se cumplen porque conocerlos y comprobar su incumplimiento duele. El periodismo tradicional, como el realizado a través de la radio, son conocidos y, más o menos, sabemos cuál es su tendencia política e incluso qué grupo económico se encuentra detrás. Y, no nos engañemos, cómo nos agrada ver reflejada en esos medios nuestra propia opinión.


Descripción fiel de la verdad. Ya nos gustaría. Leamos esa “verdad” en distintos medios. ¿Encontraremos la misma verdad o los matices se multiplican?


También se multiplican los periódicos digitales por lo que cribar la información, tamizarla se hace imprescindible. De ahí la necesidad de la formación, de tener criterios propios, firmes y sólidos. De aprender a pensar por uno mismo. ¿Pero cómo lograr esos criterios? ¿Quién nos los trasmite? ¿Qué valores son válidos? No tengo todas las respuestas, por eso me esfuerzo en contrastar, confrontar, en no conformarme con lo primero que llega a mis manos.


Periodismo digital independiente, el plural digital. ¿Realmente no hay nadie detrás: ni intereses políticos, ni económicos, ni corporativismo manipuladores? Tampoco queremos dar la sensación de que no nos fiamos de nada ni de nadie, pero sí dejar claro que debemos ser precavidos, que el radar debe estar puesto. Y una vez más, desde nuestro puesto de orientadoras en el mundo de la enseñanza valorar la cultura y promover la formación como formas de luchar contra la manipulación.


Tal vez el papel del periodismo electrónico sea precisamente abrirnos un abanico de posibilidades comparativas. En él puede y debe tener más cabida la libertad de expresión, la noticia veraz, duela a quien duela, moleste o no. Un medio que no conozca fronteras ni censuras encubiertas, donde la verdad y la libertad se cuelen por cualquier resquicio de esa enorme red, que, por una vez, no sirva para aprisionar, sino que sea cauce incontenible. Donde, ojalá, no sea necesario el defensor del lector porque cada lector ya es defensor de sí mismo y cada emisor no necesite de códigos deontológicos porque no se siente presionado.

Pensamos que de alguna forma también hemos dado respuesta a la pregunta arriba citada. La ética del acceso a la red debe evitar cualquier tipo de intervencionismo mientras favorece iniciativas comunicativas de los individuos. La ética de la recepción digital impulsará el acercamiento a la cultura y a la información desde el respeto a los receptores. Y por último la ética de la función periodística nos asegurará la selección informativa, nos asesorará sobre su interpretación, nos garantizará la veracidad, usará correctamente la lengua y nos hará amena la información recibida.


Que pronto este nuevo mundo sea una realidad.

No hay comentarios: